CLARA Y UN DIECIOCHO DE MARZO

Por: Lola Carrasco. Valdepeñas

Paradójica Clara, de piel morena, tímida ternura, 

y corazón rebelde,

busca sueños en paisajes difíciles,

de quijotes y lanzas al aire, con embestidas de fuerza y coraje.

Su sonrisa es su mejor ejército, 

con ella vence batallas de miedos, y aparta miserias de este mundo del revés, que a veces duele.

 Es una suave caricia que ilumina, porque la patentó con rayos de sol y luna, 

 ya nadie puede robársela.

A veces prefiere el silencio si no hay palabras que lo mejoren. (Diría el gran Borges)

y se guarda sentimientos, 

aunque disfrute y le duela la vida.

Muy de vez en cuando se destapa y escribe,

 y es entonces una fuente de sorpresas,

tiene alma de poeta, de verbo sincero, valiente y sensible, pero ella no lo sabe.

Comparte desencantos y alegrías, y un amor incondicional por la gente que quiere de verdad.

Ahora le toca gestionar nostalgias de quienes ya no están y tanto quiso en sus adentros,

soplar velas que apaguen la tristeza de estos tiempos tan aciagos, de pandemias, puñales y misiles, y seguir trabajando sus deseos, con ojos abiertos a la esperanza.

Según las palabras de Lola, el mes de marzo lo define como: “Ellas son lo mejor que me ha pasado en la vida y son mi primavera, aunque no pueda ser siempre verano”. Maternal y amorosa como esta TARTA DE QUESO Y SUS VERSIONES

Todas las entradas de Lola Carrasco están recogidas en su sección. NO PUEDE SER SIEMPRE VERANO por Lola Carrasco

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