Por: Lola Carrasco. Valdepeñas
Paradójica Clara, de piel morena, tímida ternura,
y corazón rebelde,
busca sueños en paisajes difíciles,
de quijotes y lanzas al aire, con embestidas de fuerza y coraje.
Su sonrisa es su mejor ejército,
con ella vence batallas de miedos, y aparta miserias de este mundo del revés, que a veces duele.
Es una suave caricia que ilumina, porque la patentó con rayos de sol y luna,
ya nadie puede robársela.
A veces prefiere el silencio si no hay palabras que lo mejoren. (Diría el gran Borges)
y se guarda sentimientos,
aunque disfrute y le duela la vida.
Muy de vez en cuando se destapa y escribe,
y es entonces una fuente de sorpresas,
tiene alma de poeta, de verbo sincero, valiente y sensible, pero ella no lo sabe.
Comparte desencantos y alegrías, y un amor incondicional por la gente que quiere de verdad.
Ahora le toca gestionar nostalgias de quienes ya no están y tanto quiso en sus adentros,
soplar velas que apaguen la tristeza de estos tiempos tan aciagos, de pandemias, puñales y misiles, y seguir trabajando sus deseos, con ojos abiertos a la esperanza.
Según las palabras de Lola, el mes de marzo lo define como: “Ellas son lo mejor que me ha pasado en la vida y son mi primavera, aunque no pueda ser siempre verano”. Maternal y amorosa como esta TARTA DE QUESO Y SUS VERSIONES
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