Prado Ventura. Pintura
Toledo
Tengo el recuerdo grabado, siendo una niña de seis años, de mi dibujo colgado en el corcho de exposiciones de la clase. Desde ese momento, muchas otras veces acabaron mis dibujos expuestos a los ojos de todos los alumnos.
Comencé a adorar el dibujo siendo bien pequeña. En casa leíamos muchos “tebeos” y mi hermana mayor siempre nos contaba cuentos que nos ponían a funcionar la imaginación.
Yo después dibujaba los personajes que ella había inventado y los guardaba entre las hojas de los cuentos. Además, como en casa éramos cuatro hermanos, nuestra madre nos compraba muchos libros infantiles y tebeos que releíamos una y otra vez porque era lo que más nos gustaba. ¡Tintín, Mortadelo y Filemón, Agamenón, Zipi y Zape, El Capitán Trueno, ¡Rompetechos…! ¡Me encantaban y aún los compro!
Casi todos los personajes acabaron pasando desde mi lapicero al papel. ¡De alguno debe haber aún algún boceto, intercalado entre las hojas de algún libro!
Dibujar es para mí una forma de encontrar una parte de esa felicidad que todos anhelamos y que nos llama a gritos desde diferentes ángulos de nuestras vidas.
Dibujar es escribir sin palabras y asomarse al mundo de las gentes y al de uno mismo, para mostrar en un papel un sentimiento, un momento de paz, de alegría, de armonía .
Hace tiempo leí que el sentimiento al dibujar está intrínsecamente relacionado con el color que se utiliza. Yo casi siempre utilizo el negro que se supone relacionado con un estado de tristeza continuo. No es mi caso, porque soy habitualmente una persona alegre y risueña y dibujar realmente me relaja. Yo lo hago con cualquier estado de ánimo, aunque no siempre estoy inspirada y a veces, supongo, que como ocurre con cualquier otra disciplina, me sale un “churro”.
El dibujo me parece, educacionalmente hablando, una asignatura esencial porque es, como antes decía, una forma de comunicación y creo que no ocupa el lugar que le corresponde en el escalafón de la enseñanza, donde habitualmente figura como asignatura de segundo orden, ¡aunque aparezca de forma obligatoria en los planes de estudio!
La pasión por dibujar y el amor hacia los animales debieran haberme llevado a realizarme profesionalmente como pintora o veterinaria, sin embargo, finalmente acabé siendo madre y esposa además de monitora de niños de educación especial, profesión con la que también me siento muy compensada por la enorme satisfacción que me produce relacionarme tan directamente con estos niños tan particulares, que siempre están deseosos de mostrar toda su ternura.
He tenido un perro que nos dejó hace años y ahora disfruto de Hiro, mi gato “panzudo” y malhumorado, que es mi musa en multitud de ocasiones.
Pradit
Los dibujos de Prado, rama esencial de este tronco llamado: Diarios de Ayer y Hoy.
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Una maravilla los dibujos de Prado.