ESA PASIÓN POR LA VIDA

La libertad, esa pasión por la vida.

Quien me iba a decir que, alguien como Patti Smith, una leyenda del rock de los 70, esa mujer de imagen poderosa, independiente, rebelde, transgresora. Aquella roquera y poeta, autora junto al gran Bruce Springsteen, de una de las canciones que más he escuchado y bailado en los 80, titulada “because the night”, quien diría, que me iba a enamorar por mucho más que su música y su manera de contar sus melodías.

He leído una entrevista en la que, a sus geniales 72 años, hace balance de su vida y afirma, con rotundidad que, su gran triunfo no lo tuvo como Patti Smith “la madrina del punk”, firmando autógrafos y cantando con las mejores bandas de rock del momento, sino como Patricia Lee Smith, mujer, esposa y madre. Ella afirma que, su gran obra ha sido su familia, marido y sus hijos. Por eso cuando llegó el momento de ser la mujer de Fred “Sonic” guitarrista del grupo MC5, supo lo que quería y cambió su vida entre bastidores por la otra entre pañales.
Lo cuenta sin que le tiemble el pulso, “nada más verlo, supe que era el hombre de mi vida”, afirma sobre su marido.

Y, a pesar de las críticas aterradoras de grupos feministas que emergían con fuerza en ese momento, Patti se ha mantenido, hasta la actualidad, fiel a sus principios. Todo lo que ha emprendido desde entonces, ha sido pensando en su familia y, aunque tras la muerte de Fred, colaboró en algún directo, tuvieron que pasar mas de 20 años para que grabara su disco “horses” en memoria a su madre.

Patti es una prueba de que puedes seguir haciendo lo que te gusta priorizando a la familia. Esta situación la inspiró hasta tal punto, que fue durante este periodo de calma, en la que descubrió su faceta más prolífica. Escribió unas maravillosa memorias; “éramos unos niños” con las que, en 2010 se alzó con el premio nacional de literatura en Estados Unidos. Multitud de artículos y charlas compartiendo su filosofía de vida y en este camino, ha ayudado a tantas personas, que se la conoce como “la papisa” .

Hay muchas mujeres como Patti, que en la cima de sus carreras profesionales, deciden gastar sus momentos de explendor con sus hijos, cuidar de su hogar, como gallinas cluecas y anunciarlo a los cuatro vientos, sin miedo a que te crucifiquen. Deciden que toda su inspiración, conocimientos y tiempo gire alrededor de los suyos y desde esa nueva cima, encuentran el verdadero triunfo.
Cualquier mujer debería tener la oportunidad de elegir libremente y sin condicionamientos . Es un acto absolutamente liberador que te abre nuevos espacios donde sentirte llena de plenitud.

El riesgo te lleva a apasionarte por la vida. La libertad es sencillamente elegir. Ser realmente libre, es una cuestión muy personal, forma parte de tí, es sentir que puedes volar sin desplegar las alas. Sentirte parte de algo, escuchar tu propia melodía y danzar al son de su música. Es hacer aquello con lo que te sientes plena, olvidando las lágrimas, las pérdidas, las críticas o las barreras. Ser libre es planear al ras del suelo y tocar el cielo. Es convertir una mañana gris en sonrisa e inspiración. Aunque no hay una única libertad, sino tantas, como vidas, deseos y emociones.

Es difícil vivir en libertad, pero lo realmente complicado es identificar cuál es la tuya. Yo escuché el primer llanto de mi hijo y reconocí el sonido de la mía. Supe que hay vínculos mucho más fuertes que mi libre albedrío, tan intensos como un palpito, tan etéreo como la inmortalidad. Mi libertad comenzó al entrelazar mis manos entre esos minúsculos dedos que nacieron de mis entrañas. Sus manos engarzadas a las mías, me han permitido volar más alto y más libre que ninguna otra decisión que haya tomado en mi vida. Este vínculo de sangre y alma es la mayor liberación que jamás poseeré.

Posiblemente fueron los momentos complicados, los que se confabularon y, enmarañada entre mis desatinos, perdí la capacidad de encontrarme. Creerme, hay una abismo entre sentimientos y esencia. Los primeros navegan con los vientos y cambian sus rumbos, según el momento. Si te dejas llevar por ellos te moverás al son de sus caprichos. La segunda es lo que te hace única. Es ese pellizco de luz interior que te define. La esencia que te abre en canal, desde las entrañas hasta el corazón. Esa energía que navega por mis venas, que me ahoga y me resucita con una nueva visión de mí.

Desde el principio conviví con el logro más poderoso y no lo vi. Anhelando las vidas de otros, no reconocí mi propia felicidad. Quizá era tan obvio, era tan mía desde el principio, que le resté importancia, buscando algo más teatral. Pero el tiempo nos sitúa en nuestro lugar y yo, después de una eternidad haciendo las mismas cosas y amando a la misma gente, continúo emocionándome con esa sonrisa y asombrándome con esas palabras. A estas alturas, no voy a encontrar nada tan poderoso como mi vida.

Nunca tuve un par de alas para volar porque siempre necesité más de dos para compartir mi vuelo. Mis acrobacias siempre se han movido entre ese infinito de inspiración y ese pedazo de realidad. Entre cuerdas de indecisión y abrazos protectores. No podemos vivir los unos sin los otros, por eso, conocemos tan bien el incalculable sacrificio de la libertad.

Una y otra vez he repetido las mismas elecciones, escuchando un constante susurro que me indica mi rumbo. Mantenernos unidos, que no juntos, remar hacia una misma dirección que no a la vez, unos a babor, otros a estribor, pero siempre es el sonido de nuestras voces, las que nos mantienen a flote.


Quizá he tardado demasiado en entender el propósito que el universo me tenía preparado.

Quizá soy libre desde siempre pero no he reconocido mi pasión irresistible por la vida.

Pero ahora estoy aquí, y no pienso irme a ningún otro sitio que no sea el mío.

Emociones que comparto con vosotros

La receta que me ha inspirado toda esta libertad: CALAMARES EN SU TINTA, una de mis recetas estrella.

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