FLUIR SIEMPRE. DE AQUI A LA ETERNIDAD…

-I-

El transcurso de una vida es como el de un río.

Durante su nacimiento mana lentamente, vacilante, buscando su espacio. En esta búsqueda fluye incansable, indaga, aprende en cada salto de agua. Y  en el devenir constante adquiere sabiduría. El caudal, ahora extenso, continua sin detenerse, circulando por nuevos amaneceres , deleitándose con paisajes radiantes y temblando con otros más sombríos.

rio arboles, otoño

Entonces, casi sin querer, el rio alcanza el equinoccio de su camino. Ahora, las corrientes son más caudalosas. Sus profundidades guardan secretos inconfesables mientras la superficie se nutre de reencuentros y despedidas.

Son aguas cuajadas de altibajos. Aquí solidarias, allá vitales. En este recodo, el río se torna casi sediento  y en el siguiente encharcado y peligroso. Pero nunca se detiene, sencillamente continua discurriendo. 

No sabe dónde le conduce este caminar, pero sí sabe que es un viaje  sin retorno.

Llegado a este tramo, sus aguas mansas y canosas  recuerdan los remolinos de antaño.

Revelan que un nuevo comienzo está a punto de suceder.

luna llena mar

-II-

El río no comprende la inmensidad, pero tiene fe y fluye alegremente, con la esperanza de transformarse en algo mucho más infinito.

No puede evitar un cosquilleo en sus entrañas por todo el camino recorrido. Lleva entre sus aguas el aroma de la tierra mojada y el aleteo de los peces que allí crecieron. 

 Muy pronto dejará de ser río para fluir como océano. Donde nada muere. Donde todo se transforma para vivir eternamente.

El canto de las gaviotas y el olor a salitre anuncian el final del camino. 

orilla más caracola

Y él será espuma  caracoleando  entre las olas, pleamar hablando con la luna. Será pez descubriendo las profundidades y agua mansa rompiéndose en la playa.

El alma, volatil, no entiende de distancias.

Y así, arrullado por el vaivén de las mareas, se deja engullir en el inmenso mar para  continuar fluyendo.

“Cuando cambiamos la manera en que miramos las cosas, las cosas que miramos cambian”

Wayne Dyer
foto de A. Montes Flores rocas y mar blanco y negro
A.Montes Flores

Esta entrada, lleva una inspiración de aromas salados y dulces a la vez. PASTEL DE QUESO Y MANGO CON NUECES CARAMELIZADAS

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