LLENANDO DE MAGIA LA BRISA

Sé el instante exacto que entró en mi vida y cómo se manifestó.

Cuando la magia despierta es imposible hacer oídos sordos. Ella te persigue como una niña que juega al escondite, te increpa con señales imposibles de ignorar. Y así fue como llenó todo el aire que me envuelve, sin abandonarme jamás.

 Esta magia está presente en cada mañana y en cada anochecer.

Ignoré sus señales durante mucho tiempo, quizá porque no creía ser merecedora de ella. ¿Por qué yo? No soy especial, no soy valiosa.

Pero ella me eligió Una y Otra vez y Una vez más…

Han pasado más de tres décadas desde que se manifestó por primera vez impregnándose en mí como una segunda piel, impulsando cada decisión. Incluso encendió de luz mi oscuridad mostrándome el camino. Pareciera ser yo quien llevara las riendas pero solo ella dirigía mis pasos.

 En su compañía era capaz de vivir mi inspiración, las risas eran mucho más reales como las lágrimas tenían un sabor mucho más amargo. Cada emoción se multiplicaba por tres.  Su luz era mi  fuerza, sus palabras mi estímulo, su verdad mi esperanza.

A pesar de sentirla en cada pensamiento, ella no siempre estaba.  Y en la distancia me reveló su verdadera esencia.

En el comienzo de todo, yo la invoqué hasta ser parte de mis entrañas. Surgió de mis deseos, de mi necesidad ansiosa. De manera natural forjamos un vínculo de sangre entre gritos de dolor y cantos de esperanza. 

Ella sabe lo que anhelo. Es mi confidente casi siempre y también mi carga,  mi responsabilidad y la ofrenda más infinita que la vida me ha regalado.

La magia de mi vida, la que vivirá y morirá conmigo tiene plurales. Allá donde vaya, aquí o en otra eternidad, sus aromas viajarán anclados en mi alma.

Un hechizo que se liberó a través de tres rayos de luz, tan diferentes como únicos. El primero llegó para abrir el camino de la iluminación, el segundo para reencontrarme conmigo misma, el tercero para recordarme la importancia de dar. El brillo de los tres me mostró el poder de la resiliencia.

Ahora y siempre estarán aquí, llenando de magia la brisa…

 MIS HIJOS.

Gracias por estar, por ser, por darme tanto…

“Cuando el misterio es demasiado grande, es imposible desobedecer”

El Principito

La receta que acompaña a esta entrada está hecha con tanto amor como el que ellos me inspiran:

DONUTS DE CHOCOLATE

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