MI TORTILLA DE PATATA

INGREDIENTES para 4 tragaldabas

3 Patatas medianas

5 huevos

1 cebolla mediana

1 calabacín

Sal

Aceite de oliva

Entre fogones:

¡La tortilla de patata de casa!

¿ A quién no le devuelve a ese lugar especial, a los momentos de siempre, al aroma del hogar?

Mi tortilla de patata es una máquina del tiempo. Comienzo a viajar en mi pasado, desde la tortilla que aprendí con mi abuela, hasta la que yo enseñé a mi hija, mi primera viajera, en un skype glorioso y divertido. Ella en Lisboa, su primera tortilla española, en tierras lisboetas. ¡Ahí es ná! Luego han venido muchas otras y todas con el toque de esta familia.

Así que la tortilla de patata de casa, está llena  de nuevos inicios y de una tradición, que no secreto,  que hemos transmitido  de madres a hijas, hasta, de momento, llegar a mí que lo he compartido con todos mis vástagos, hijos e hija, esperando que la tradición ya no sea de mujeres sino de familia sin sexo pero con mucho corazón.

Y me atrevo a extrapolar la receta a este blog por si a alguien le puede ayudar a crear este calor de hogar en vuestros fogones.

Las tres cosas que yo resaltaría es que esta tortilla de patata es imposible que os salga seca, es mucho más económica porque se gasta la mitad de aceite y por último, que no menos importante,  comeréis una tortilla mucho más saludable.

Paso a Paso:

Las patatas deberían ser de buena calidad y de un tamaño medio.

Lo primero que hago es cocer las patatas enteras y con la piel bien lavada. No añado nada, solo abundante agua. Las patatas deben estar cubiertas de agua. El tiempo de cocción depende del tamaño de las patatas. Pinchar un tenedor para comprobar que están blanditas y retirar del agua. Reservar.

Mi primera aclaración, hay muchas ventajas en esta receta. La primera, que puedes dejar la patata ya cocida, sin pelar en la nevera y  tapada con papel de aluminio, para utilizar en cualquier momento del día (incluso yo he hecho las tortillas 24 horas después de cocer las patatas y estaban perfectas). IMPORTANTE conservarlas con la piel y envueltas en el papel. De esta manera, vas a  preparar la tortilla en un santiamén.  Sin sartenes y fogones llenos de aceite de la patata.  

Mientras se cuecen las patatas, picar mucho la cebolla. Yo la pico en una picadora, porque nos gusta el sabor dulce que deja la cebolla sin encontrar trozos en la tortilla.

Picar el calabacín (cualquier otro ingrediente para añadir a vuestra tortilla, tenéis que hacerlo en este paso). Si preferís la tortilla de patata y cebolla exclusivamente o incluso solo patata, obviamente estos pasos no serían necesarios.

Verter en una sartén,  una cantidad generosa de aceite.

Pochar la cebolla con el calabacín a fuego muy lento  hasta que quede muy blandita y con un color ligeramente tostado.  Retirar a un plato, colar el aceite y reservar.

Una vez que las patatas estén cocidas, enfriar, pelar y cortar en trozos. No importa si los trozos se deshacen, porque al freírlas, se van a desmigar por completo.

El aceite reservado para pochar la cebolla, incluso la misma sartén, lo vamos a utilizar para pochar las patatas ya cocidas.

Si es necesario, añadimos más cantidad de aceite. Al estar cocidas, van a absorber  el  aceite muy bien, por eso no es necesario una gran cantidad. Es mejor añadir poco a poco para no dejar la patata aceitosa. (que es lo que no queremos que ocurra).

Con el aceite caliente, echar las patatas y dejar que se hagan poco a poco a fuego medio-bajo. Aplastar con una paleta o tenedor mientras se van pochando. Esta operación no os llevará más de 10 minutos. Así que, aquí estamos ahorrando, tiempo, energía ( gas o luz) y aceite.

Se van a deshacer completamente e irán dorando un poco pero no estarán bañadas en aceite como algunas recetas tradicionales.

El truco es : “Tortillas esponjosas pero no aceitosas”. Para ello la patata pochada no debe quedar seca, ni aceitosa. El toque de la patata, se coge con la experiencia, no os preocupéis. Un síntoma de que la patata está en el punto óptimo es que esté deshecha, pochada y con una textura algo cremosa. Importante utilizar aceite de oliva, porque el sabor que absorbe la patata es mucho más rico. En los últimos minutos de finalizar el pochado de la patata, añadir la cebolla y calabicín que teníamos reservado. Mezclar bien para que todos los sabores y aromas se fusionen. Como la sartén no tiene aceite porque lo ha absorbido los ingredientes pochados, podemos dejar el contenido en la propia sartén hasta que cuajemos la tortilla.

En un bol grande, añadir los huevos, batir muy bien hasta que os quede espumoso. A continuación, incorporar la mezcla de la sartén poco a poco, añadiendo y removiendo, hasta que obtengamos la cantidad de patata perfecta para nuestra tortilla.

Para que la tortilla no quede con demasiada patata y poco huevo, éste, debe quedar en movimiento, es decir mover la patata entre el huevo. Si hay tanta patata que prácticamente ha absorbido al huevo, entonces os quedará muy seca.  Este toque de la tortilla también lo adquieres  con la experiencia.

Si os sobre masa de patata, no os preocupéis, podéis preparar unas riquísimas bolitas de patata, aquí os dejo la receta.

Es en este momento, cuando tienes que añadir la sal a gusto. Yo nunca echo sal en el pochado. Ten en cuenta que la tortilla de patata es de las pocas recetas que si te queda sosa o salada, una vez hecha, es difícil subsanar, ya que la sal que añadas se quedará en la superficie de la tortilla y el interior seguirá estando soso.  Así que, mi consejo es que la pruebes  en esta fase en la que estamos cuajando la tortilla para que tenga la sal adecuada.

Ahora en una sartén adherente, muy importante que no se pegue, añadir un o dos cucharas de aceite, depende del tamaño de la sartén. Esperar a que esté caliente para echar la tortilla.

Ahora llega el momento clave. DAR LA VUELTA A LA TORTILLA.

Si sigues esta técnica para dar la vuelta a la tortilla, ES IMPOSIBLE QUE SE TE CAIGA.

Antes de elegir la sartén a utilizar, comprobar que tienes un plato cuya diámetro encaja dentro de la sartén , cubriendo perfectamente los laterales. Si el plato es igual o mayor que la sartén o mucho más pequeño, con total seguridad, al dar la vuelta a la tortilla, se te va a caer. Imprescindible para que no sufras ningún percance desagradable probar con la sartén fría y vacía el plato que encaja perfectamente dentro de tu sartén.

Deja cuajar la tortilla unos minutos, es mejor que te quede poco echa y volver a dar otra vuelta a que se te pueda quemar. 

Ahora aparta la sartén del fuego y apóyala sobre una superficie de madera, pon el plato dentro, cubriendo  la tortilla. Aprieta con tu mano izquierda el plato ( si eres diestra) , mientras sujetas el asa de la sartén con tu mano derecha. Con el plato bien sujeto y sin levantarlo, dale la  vuelta, de tal forma que ahora, la tortilla que está cuajada quede visible en el plato. Coloca de nuevo la sartén en el fuego y echa otra vez la tortilla, que ahora está en el plato por la cara cuajada. En caso de que tengas que repetir la operación porque la tortilla todavía necesita más fuego, realizar la misma operación, aunque la segunda vez os costará mucho menos porque la tortilla ya tiene su consistencia y es más difícil que se derrame.

De tortilla a Tosta de lujo.

Si tienes un evento o una celebración más especial, la tortilla puede convertirse en una entrada estrella, con unos pequeños cambios.

Por ejemplo, carameliza la cebolla. Es tan sencillo, como añadir en la última fase del pochado una o dos cucharadas de azúcar y dejar que se termine de pochar. Te quedará con un aspecto dorado y un sabor muy especial.

Si no te gusta la idea de caramelizar tu tortilla, puedes añadir a la patata pochada y la cebolla, unos taquitos pequeños o láminas de bacalao y proceder a cuajarla.

Otra idea, pochar junto a la cebolla, pimiento verde y al cuajar los huevos, añadir queso rallado al gusto.

Con cualquiera de estas variantes, podéis hacer una tosta especial.

Elegir un pan de maíz o similiar. Tostar una rebanada y poner un pincho de esta deliciosa tortilla de patata, con una tiras de pimiento verde frito por encima.

Acabas de convertir la tortilla de patata, en un pincho absolutamente delicioso y diferente.

Si quieres más ideas sobre tostas, AQUÍ  tienes mis preferidas

Esta receta está inspirada en la primera entrada de Lola Carrasco titulada como el nombre de su sección NO PUEDE SER SIEMPRE VERANO.

y en MIS MUJERES PODEROSAS

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