Autora: Irene Colmenares
Hoyo de Manzanares. Madrid
PAÑALES DE TELA CONTRA PAÑALES DESECHABLES
Al entrar en este maravilloso y mágico mundo de la maternidad, nos surgen millones de dudas. En mi caso quería seguir siendo fiel a mis principios y mi hijo Leo era un nuevo miembro de la familia al que teníamos que acomodar a nuestra manera de vivir y de pensar. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero se puede. Ya en las primeros días de su nacimiento fui consciente de que, mi peque, iba a necesitar entre 10 y 12 pañales diarios. Imprescindible que Leo estuviera limpio y feliz en todo momento. Para ello, la prioridad era mantener su piel sin irritaciones desde el primer instante de su recién estrenada vida.
Así que pensé que en todas mis decisiones debía predominar lo que era mejor para Leo. También en los pañales que iba a utilizar. Ya sé que inconscientemente, lo primero que hacemos es ir a una tienda para comprar los pañales desehechables y tan solo nos preocupamos de elegir la talla correcta y , en algunas ocasiones comprar la marca de confianza. Asumimos este gasto con total naturalidad, es una mercancía de usar y tirar que no vamos a poder ni reciclar, ni reutilizar. ¿Cuántos de nosotros hemos echado cuentas de lo que nos gastamos en pañales para nuestro bebe durante este periodo de vida?
Calculando…
Pues yo hice los siguientes cálculos con Leo:
En sus primeros meses he realizado unos 10 a 12 cambios de pañal diarios. Según vaya creciendo, esta cantidad se reducirá hasta 7 unidades al día que, aproximadamente consumirá al final de esta etapa. Situamos esta época hasta los dos años y medio y, en muchos casos, puede llegar a los cuatro años.
Aquí hago un inciso. Parece que la edad de cuatro años no es adecuada para llevar pañales todavía, pero no es cierto. El problema es que , nuestros niños, entran al colegio con tres años y para entonces es importante que controlen esfínteres para evitar problemas, por lo que adelantamos su proceso de aprendizaje.
Pero no me desvío.
Los siguientes datos que voy a compartir con vosotros están extraídos de esta conferencia realizada por Oh! La Luna, es larga, pero muy recomendable:
Un bebé gasta una media de 7 pañales diarios.
Para que nos salga un cálculo redondo vamos a suponer que nuestro bebe va a necesitar pañales unos 1000 días, que son dos años y medio.
Partiendo de este cálculo:
El número de pañales que utilizaremos serán 7000 cambios por bebé.
Si el precio medio de un pañal desehechable es de 0,20 €, nos gastamos en este periodo de mil días, 1.400 €. Cantidad que sobrepasará esta cifra, porque un bebe utiliza pañales, al menos hasta los tres años.
MIL CUATROCIENTOS EUROS que van a la basura.
Y aquí mi reflexión al siguiente problema ecológico:
¡YO SÍ CUIDO MI MEDIO AMBIENTE!
En el año 2018 nacieron 391.930 niños en España. Y ha sido la tasa de natalidad más baja de los últimos 25 años.
Calculando la media anterior de 7 pañales diarios por niño, en un día se han tirado a la basura en nuestro país:
Unos dos millones setecientos mil pañales.
Cada pañal mojado pesa unos 55 gr, por lo que hemos acumulado más de un millón y medio de kilos ¡diarios!. Es decir, en un año hemos contribuido a acumular
Más de 550 millones de toneladas de pañales deshechables.
Y como, la mayoría de ellos, no son biodegradables, pueden llegar a permanecer 500 años en el vertedero. Eso son 5 generaciones. Es decir los hijos de los hijos de nuestros nietos habrán pasado por esta tierra y nuestros pañales del 2019, seguirán ahí.
Incluso los menos concienciados con el pensamiento verde, tiene que sentir algún tipo de reflexión al respecto.
Pero ¿Y si además nos ahorramos en el camino más de 1000 € ? Pues seguimos haciendo números:
El costo medio de un pañal de tela está en 20€ .
Con 20 pañales de este tipo, sería suficiente para los dos año y medio calculados antes, por lo que nos gastaríamos 400€. Aunque sumemos a esta cantidad lo que nos cueste el agua, la luz y el detergente que usemos para lavarlos no se acerca ni de lejos a la cifra anterior.
Es cierto que de primeras puede suponer un desembolso mayor, pero está claro que compensa, y además no hace falta comprarlos todos de golpe, podemos dividir el gasto en varios meses. Además si luego tenemos más hijos es un dinero ya invertido y el cálculo saldría a 0€. Yo los compro en Oh!La luna ,son de una calidad excelente.
En cuanto al apartado de basuras, os podéis imaginar que no existe. Incluso cuando ya no los utilicemos como pañales, podemos darles mil y un usos.
¡Qué No! ¡No tienes que lavar pañales!
Pensarás, ¡qué pereza! ponerme a lavar pañales como mis abuelas…
Es que , quien se encarga es tu lavadora junto con el resto de la ropa blanca o delicada de tu casa.
En mi caso os explico que los pañales los dejo en el bidé y pongo una lavadora más o menos cada dos días. No hace falta dejarlos en remojo. Cuando Leo era más bebé se limpiaban mejor. Ahora ,encima del pañal, pongo una tela de bambú biodegradable y si hace “caca” tiró el bambú directamente a la basura. De esta manera, evito retirar los restos del pañal y éste se ensucia mucho menos.
Yo los lavo con ropa blanca. Y no solo del peque; es decir tipo bodies, toallas, calcetines , ropa interior. Todo a 40 grados con un detergente normal y le echo percarbonato de sodio que desinfecta y blanquea la ropa y es totalmente natural. Secan como la ropa normal y como tengo de sobra, no hay problema. ¡Ah! Si no usas suavizantes, que estropeen tu ropa, el pañal no pierde absorción.
Ahora que ha cumplido los 14 meses, también suelo ponerle 1 pañal desechable para dormir porque se mueve mucho y además, los desechbles aguantan hasta 12 horas. Pero los primeros meses usaba todo el tiempo de tela. Leo nunca ha notado la diferencia entre unos y otros. Y esporádicamente, cuando viajamos un par de noches, los utilizo también por comodidad. Utilizo la marca Pingo que son eco y muy buenos. Además no irritan nada.
Incluso así el consumo es mínimo y el gasto añadido al presupuesto de pañales, no es un aumento considerable.
Las toallitas que uso en casa con Leo son de tela de toalla. Las mojo y añado un jabón natural que no necesita aclarado y limpian super bien. Fuera de casa uso también de la marca Pingo, pero en este prime año de Leo, he gastados sólo dos paquetes y medio de toallitas.
Elige conscientemente. Toma una decisión responsable.
Es cierto que un pañal desechable huele mejor, pero es debido a la cantidad de productos tóxicos que se usan para blanquear y eliminar el olor (por lo menos en las marcas comerciales). También es más sencillo de cambiar y tirar, pero eso no es lo que prima en mi caso. Como ya os he explicado, utilizo desechables ecológicos por las noches, cuando me voy unos días fuera de casa o si voy a pasar el día por ahí, pero no son las mayoría de las veces. Desde luego no es comparable con 7000 pañales.
Además, la huella hídrica de un pañal de tela es de 15 litros y la de uno desechable de 545 litros (estos datos fueron publicadados en el libro “Your Water Footprint” escrito por Stephen Leahy, reconocido periodista ambiental independiente que ha colaborado en numerosas publicaciones de élite, como por ejemplo el National Geografic.
Elegir comprar un pañal de tela es asumir conscientemente una decisión importante. En mi caso significa que, el pañal desechable, mayoritariamente utilizado por los padres para sus bebes, no es siempre la mejor decisión y, no es lo que yo quiero para Leo.
Querer cambiar las cosas es una decisión firme y responsable y por qué no empezar por los pañales del pequeñajo. Estoy segura que es mucho más natural para las familias, como la mía, que llevan una vida sostenible y muy concienciados con el medio ambiente.
Pero es también una nueva opción que quizá, no te habías planteado hasta ahora. Piensa por un momento lo que supone este cambio de mentalidad para tu bolsillo y sobre todo, ¿ en qué mundo quieres que tu peque crezca? ¿ una naturaleza verde o un basurero con toneladas de desperdicios?
Creo firmemente en la triple R: Reducir. Reutilizar. Reciclar.
Es verdad que ya hay marcas ecológicas que no llevan tantos tóxicos y tienen un gran porcentaje de sustancias biodegradables como ya os he apuntado. Por tanto, en caso de combinar ambos métodos, este tipo de pañales, será muy buena opción para la piel de nuestro bebé y para el medio ambiente.
Para mí es una cuestión de qué quiero en mi vida y qué quiero enseñar a mi hijo.
Los pañales de tela son más ecológicos. Esta afirmación significa que generas mucha menos basura, creas conciencia en tu hogar y en las personas que están a tu alrededor, cuidas la piel de tu bebé. Leo en sus 14 meses de vida, solo ha tenido irritación 1 vez.
Además ¡¡son mucho más bonitos!!
Para despertar conciencias, os recomiendo este artículo de ABC titulado: “El día que los pañales sucios sirvieron para generar electricidad”
Con esta reflexión mi inspiración estaba clarísima:
MOUSSE DE CHOCOLATE. Tan dulce como LEO.
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Es genial, sobre todo por lo que beneficia a nuestro pobre planeta, tan saturado de basuras dañinas.