PON PALABRA A TUS EMOCIONES Y GRÍTALAS A LOS CUATRO VIENTOS.
No somos conscientes de lo que implica esconder nuestras emociones. Y te aseguro que la mayoría de los conflictos personales y, por ende, sociales, los provoca esconder lo que realmente eres. Porque no eres lo que sientes sino lo que expresas.
El primer paso para sentir armonía y positividad es poner palabras a tus emociones y no callar lo que necesitas contar.
Grita a los cuatro vientos lo que te preocupa, todo lo que te emociona.
Compartirlo con tu mundo será una experiencia liberadora.
Claro que es más fácil decirlo que hacerlo porque el entorno social y cultural es demoledor en este aspecto. Parece que seguir las reglas y actuar como lo hace la mayoría es lo correcto. Todo aquello que te haga ser “rarito” hay que esconderlo en el fondo del alma. Pero la realidad es que, los sentimientos, las emociones son un lenguaje universal que deberías utilizar para encontrar puntos de encuentro y no avergonzarte de tu esencia.
Observa a un niño cómo expresa sus emociones, sin filtros. Ríe o llora según sus necesidades y dice o pregunta lo que le viene a su cabeza, sin condicionamientos. Pero cada vez que corregimos la espontaneidad de un niño, se hace un poquito más adulto y esa caja, pintada de mil colores naturales, llena de ingenuas emociones, comienza a vaciarse y la manera de expresar, de sentir pierden su esplendor hasta consumirse, olvidando que existieron alguna vez.
De repente, te has hecho adulto y esta actitud ha conformado un carácter que no es el tuyo.
Pero es que, tu cuerpo no sabe mentir, así que se revela y somatiza todo emoción que mantienes bajo llave.
Es fundamental expresar los que sientes y lo que te preocupa. Llora si tienes la necesidad de hacerlo o rìe si es lo que te pide el cuerpo. Las emociones no causan dolor sino la resistencia a sentirlas.
Hay pequeños cambios de actitud que conseguirán abrir ese cajón emocional y ser quien realmente eres. Al menos, a mí, me funcionan:
Cierra los ojos, y saca todo lo que tienes dentro. Expresa con palabras y hechos lo que amas; baila, canta, actúa, corre, cocina, imagina, inventa. Todo suma, siempre que sueltes adrenalina. Te aseguro que, te quitarás un gran peso de encima. Si tus pensamientos se convierten en palabras que otros oyen, todo toma otra dimensión.
Las penas son más llevaderas si las divides en pequeñas porciones, la angustia desaparece si se comparte y las carcajadas son absolutamente sanadoras cuando ríes en compañía. Te darás cuenta la cantidad de gente que te rodea con problemas iguales o mucho más grandes que los tuyos y será muy alentador observar cómo tu nueva actitud, ayuda a otros a superar, compartir y expresar con palabras todo lo que les consume.
Roma no se conquistó en un día. Pero la victoria llegó apoyándose unos en otros, luchando codo con codo, guardándose las espaldas. Esta nueva actitud, te conduce al siguiente paso. Vas a experimentar una paz interior que equilibrará todas tus emociones y va a provocar felicidad y mucha tranquilidad. Comienzas a irradiar una nueva energía e, inconscientemente, bloqueas la mayoría de las emociones que te causan dolor o que son negativas.
Y llega la conclusión final, para mí, la más vital.
Te importa un comino lo que la gente piense. Así de claro y de sanador. Eres feliz, capaz de expresar tus sentimientos sin vergüenza y no hay nada más satisfactorio que esta sensación. ¡Cuánto tiempo perdido, preocupándote en lo que los demás puedan pensar! Cuando llegues a este escalón, ¡Enhorabuena! ha comenzado tu catarsis, eres tú realmente, con tus defectos y tus virtudes, con tus manías y tus problemas y la gente que está aquí y ahora es la que importa. Y esta actitud lleva automáticamente a aceptar a los demás sin prejuicios, tal y como son.
Estás exteriorizando todo lo que hay en tu interior. Has abierto de par en par el cajón olvidado en ese rincón de tu alma y has tirado la llave. El mundo ahora es inmenso. La vida se enriquece, aprendes de otras culturas, otros pensamientos, otra forma de sentir y de pensar. Ahora el sol es más claro por las mañanas aunque las nubes no te permitan verlo, la música tiene más ritmo y tu mente está llena de ideas positivas y de motivación. Ahora el vaso está siempre medio lleno.
¿Te das cuenta que, lo único que has hecho, es expresar todas tus emociones?
Estoy segura que eres capaz de conseguirlo. Comienza de a poquitos. Pequeños actos valientes, pensamientos que conviertes en palabras y en frases.
Tienes que desatascarte. Como una cañería llena de piedras, que vas sacando de una en una, hasta que el agua corra limpia y clara a raudales, hasta que tu grito sea ensordecedor.
No te rindas, en el camino, en este intento por ser tú misma, vas a encontrar muchas sorpresas en forma de personas y de oportunidades.
Yo siempre encuentro las palabras entre mis fogones. Ahora, en este instante me viene el aroma de mis huevos rellenos, mí música especial y mis recuerdos. y que nadie me rechiste, como me decía mi abuela: “Estoy en mi territorio”.
Así que aparco esta historia para adentrarme en mis tierras. Busca tu lugar.
Cambia tú y el mundo cambiará contigo.
Si te apetece saber cómo hago mis huevos rellenos, aquí te dejo la receta.