Esta salsa de roquefort es muy sencilla. Puedes utilizarla en un sinfin de platos. A continuación te dejo los más habituales, pero ya sabes mi lema: “Imaginación al poder”
- Carnes, tipo solomillo de ternera o cerdo.
- Aves, tipo pechuga de pollo o de pavo.
- Ensaladas: Las endivias rellenas con esta salsa son una delicia
- Pescados, tipo salmón fresco.
Un último apunte. Si estás siguiendo algún tipo de dieta para adelgazar, esta salsa no es lo más recomendable ya que, tan solo 100 gr de queso roquefort tienen unas 400 calorías.
Este queso azul de origen francés, es junto con el queso de cabra, Parmesano, Gruyère y Cheddar, los quesos con más calorías. A continuación os dejo las calorías de cada uno de ellos:
Queso de cabra: 452 calorías
Parmesano: 420 calorías
Gruyère: 413 calorías
Cheddar: 536 calorías
Ingredientes para elaborar la salsa ( para unos cuatro solomillos)
100 gr de queso de roquefort
100 gr de queso crema
25 gr de mantequilla
100 ml de nata para cocinar
Un puñadito de almendras picadas
1 tapón de coñac
Sal y unos granos pimienta negra
Preparación de la salsa
En un cazo a fuego medio, derretimos los dos tipos de queso y la mantequilla. Hay que remover constantemente hasta que consigas una mezcla homogénea.
Añadimos el resto de los ingredientes: nata, almendras picadas, coñac, sal y unos granos de pimienta.
El coñac y las almendras son opcionales. A mí me gusta el sabor extra que le imprime a esta salsa, pero los quesos, ya tienen un sabor lo suficientemente intenso para poder eliminar estos ingredientes de la receta, sin problemas.
Mezclamos todo hasta conseguir una salsa no muy espesa. En caso de que fuera demasiado densa, añadir un poco más de nata o leche entera, hasta conseguir la textura adecuada.
Y listo, ya tenemos nuestra salsa de Roquefort.
La imagen de Cocina de la Abuela