TORRIJAS DE CASA

Ingredientes

10 rebanadas de pan especial torrijas (o similar a pan Candeal)

2 litros de leche

150 gr de azúcar y 50 gr de azúcar moreno de caña

1 rama de canela

Cáscara de limón

Cáscara de naranja

1 cucharada de agua de azhar

1 cucharada esencia vainilla

Para el rebozado del pan:

5 a 7 huevos (según tamaño)

Aceite vegetal

Para el almíbar: de leche con canela y miel 

Canela en polvo

1/4 l. emulsión de leche utilizada para bañar las torrijas

Miel

Una cucharadita de harina de maíz tipo maizena(en caso de espesar)

Entre Fogones

¿Te has preguntado desde cuándo se elabora la Torrija en España? Pues los primeros escritos documentados datan de la época de Los Reyes Católicos. Juan de Encina hacía alusión a esta receta con la frase: “Muchos huevos y miel para hacer Torrejas”, refiriéndose a una receta para la recuperación de las mujeres “recién paridas”.

Aparece también en distintos recetarios escritos en el S-XVII, pero fue a comienzos del S-XX cuando comenzó a consumirse con frecuencia en las tabernas españolas, acompañado de vino caliente. De ahí, que una de las variantes para elaborar torrijas sea bañadas en vino.

En cuanto a la tradición de consumir este postre en Semana Santa y que ha llegado hasta nuestros días, no se sabe muy bien la razón.

La teoría que más predomina entre los estudiosos de la cocina tradicional es que, debido a la cuaresma, en estas fechas, se consumía menos pan al no comer carne. En las casas se compraba la misma cantidad que habitualmente se gastaba y como sobraba, se aprovechaba al día siguiente elaborando las torrijas.

Otra de las causas, parece ser que los religiosos, en época de vigilia, solo tomaban pan duro bañado en leche y de ahí las tradicionales torrijas de semana santa.

En mi humilde opinión, creo que es una pena delegar un postre tan delicioso a una semana al año. Te animo a que incorpores este postre a tu recetario en todas las ocasiones que te apetezca.

Después de estas pequeñas curiosidades, vamos a los consejos importantes para hacer unas torrijas deliciosas. Como te imaginas, lo más importante es el pan que utilices. Sería una pena que el resultado no fuera brillante debido a una mala elección del pan.

Si no puedes conseguir un buen pan especial para torrijas, yo te aconsejo uno con mucha miga y una corteza que no sea muy dura. Por ejemplo Candeal, de pueblo o similar. Imprescindible que sea del día anterior. Y otro punto que harán tus torrijas distintas es el toque de agua de azahar y esencia de vainilla en la emulsión de la leche en la que se empapa el pan.

torrijas pan pueblo

Paso a Paso:

Corta 10 rebanadas de pan. Que sean gruesas para que al empaparse de leche no se deshagan. Por eso, también es importante que el pan sea del día anterior. Prepara una o dos bandejas hondas, según necesites y extiende las rebanadas de pan sobre ellas.


niña cocinera, mi truco

Las rebanadas no deben quedar amontonadas y las bandejas tiene que tener el fondo suficiente para que el pan pueda empaparse con la emulsión de leche con la que vamos a cubrirlas.

No pongas una rebanada encima de otra para aprovechar la bandeja porque no se empaparán de leche y la torrija quedará muy seca.

A mí me gusta espolvorear las rebanadas del pan, todavía seco, con una mezcla de azúcar moreno de caña y canela molida y cubrir la bandeja con un paño de algodón para que aromatice mientras preparo la leche.

Calienta en una cacerola la leche, el azúcar blanco, una cucharada de azahar y otra de esencia de vainilla, rama de canela y las cáscaras de los cítricos.

Cuando la emulsión comience a hervir, tapar la cazuela para que no pierda aroma y dejar enfriar.

Con un tamizador, añadir la leche ya fria en la bandeja de las torrijas. Yo vierto la leche torrija a torrija y con un cazo para empapar bien todo el pan. Si sobra leche una vez que están bien mojadas todas las rebanadas, reservar para utilzarla después.

Espera un mínimo de media hora hasta 1 hora. Este tiempo va a depender del grosor de las rebanadas y tipo de pan. El éxito de las torrijas es que deben estar muy empapadas en esta emulsión para que, una vez fritas, se te deshagan en la boca al comerlas. Ya os aviso que, cuánto más mojadas en leche, más difíciles de manipular. Si se rompe alguna, no importa, porque quedarán como bocaditos de torrijas súper deliciosos, aunque quizá no sean tan vistosas pero seguro que mucho más exquisitas

niña cocinera, mi truco

Yo voy pinchando con un tenedor para comprobar que está empapada toda la rebanada. Y siempre que preparo este postre, tengo una segunda cacerola en el fuego preparando más emulsión ( como medio litro más de leche y la mitad de cantidades de los demás ingredientes).

Una vez que haya hervido, bajo el fuego al mínimo para mantener la temperatura. De esta manera puedo añadir a las rebanadas que necesiten empaparse con más preparado. No te preocupes porque vas a utilizar la emulsión sobrante para hacer el almíbar.

Prepara un bol hondo, tipo ensaladera para los huevos.

A mí me gusta separar las yemas de las claras y batir éstas a punto de nieve. Después las mezclo con las yemas y un cuchara de azúcar. Si te animas, conseguirás un rebozado muy esponjoso. Pero no pasa nada si bates los huevos de la manera usual.

Prepara una sarten con aceite abundante. Utilizo aceite vegetal porque el de oliva tiene un sabor muy intenso y no quiero que se pierda el sabor genuino y dulce de mis torrijas.

Las torrijas tienen que flotar en el aceite.

bodegón paso a paso

Espera a que el aceite esté caliente. Es importante la temperatura. Si está muy caliente se tostará demasiado y si está frío las torrijas chuparán exceso de aceite antes de comenzar a freírse y quedarán aceitosas. Echa un trozo pequeño de pan y no añadas las torrijas hasta que la muestra comience a chisporrotear.

Con una espumadera escurre la rebanada del pan de leche, reboza en el huevo y a freír en la sartén.


Para este proceso, te puedes ayudar de un tenedor para sujetar la torrija sobre la espumadera y que no te salte al dejarla caer a la sartén. Para manejar las rebanadas desde la leche al huevo y después a la sartén, no utilices solo el tenedor ( como si de un rebozado se tratara), porque, si están bien empapadas, se te deshacen.


Debes dar la vuelta al pan una vez que esa cara esté dorada. No frías muchas a la vez. Que haya espacio suficiente entre ellas para que puedas darle la vuelta sin impedimentos. Van a chupar mucho aceite y se va a ensuciar con el huevo y el pan. Así que, cuando notes que las rebanadas no están flotando o te salen manchadas con restos del aceite, cuélalo, aprovecha el resto limpio y añade más .

Espera unos minutos hasta que coja, nuevamente, la temperatura adecuada antes de seguir rebozando el resto de las torrijas.

Un apunte importante: Si has utilizado un pan con mucha miga recorta la corteza dura al inicio de la receta, prepara una ensaladera donde colarás la emulsión de leche de las torrijas. Recuerda reservar como mínimo 1/4 l de emulsión para preparar el almíbar.

Prepara una bandeja con papel absorbente para depositar las torrijas fritas. Mezcla azúcar moreno de caña y canela molida y “reboza tus torrijas en este preparado”.  Reserva. Este paso es opcional. Por ejemplo, en casa a mi marido no le gusta con el azúcar, así que aparto las suyas y le añado directamente el almíbar.

Yo recomiendo comerlas con este rebozado de azúcar y canela en el desayuno. Para comerlas a la tarde, añado un almíbar. Hay muchas maneras, la mía te lo explico a continuación. Yo preparo dos almíbar para gustos de mis consumidores preferidos.

niña cocinera, acompañamiento

Preparación almíbar de leche, canela y miel.

Pasa por un colador la emulsión de leche utilizada para hacer las torrijas. Recuerda que en el paso a paso, hemos hecho cantidad de sobra para utilizar ahora en el almíbar.

Una vez colado, utiliza 1/4 l de emulsión y añade canela molida, dos cucharada de azúcar moreno ( puede ser blanca), 2 cucharadas de miel y media cucharadita de maizena para que espese. Lo calientes sin parar de remover hasta que el almíbar espese un poquito.

No tiene que quedar una crema compacta. La harina de maíz es tan solo para dar presencia al almíbar y que no quede demasiado licuada. En caso de que te hayas excedido en la harina, añade unas cucharadas de emulsión de leche o leche sola, hasta que consigas la textura adecuada, cremosa pero no espesa.


Preparación almíbar de azúcar, miel y ron.

¡Este almíbar es el que más me gusta!

En una cazuela vierte como 200 gr de azúcar moreno de caña y la misma cantidad de agua. Si quieres, añade un par de cucharadas de esencia de vainilla.

Añade canela molida, 3 cucharadas de miel, el zumo de un cuarto de limón y un chorrito de ron añejo. Puedes utilizar también cogñac pero a mí me gusta más el sabor y el aroma del ron.

Deja que hierva y espera a que reduzca el almíbar y tenga una textura melosa. El color del almíbar será oscuro debido al azúcar caramelizado .

torrijas pan especial

Presentación de las torrijas:

En una bandeja o plato añade las torrijas y vierte una cucharada del almíbar elegido por encima de cada una. Con un tamizador (es opcional) espolvorea una mezcla de azúcar de caña y canela en polvo.

Yo no las dejo bañadas en el almíbar hasta que no voy a consumirlas, pero si prefieres, puedes guardarlas en la nevera con todo listo para consumir y tan solo espolvorear el azúcar y canela en el momento de comer.


La torrija perfecta tiene que estar dorada por fuera pero en el instante que se corta, tiene que ser cremosa y blanda en su interior. La delicia de la torrija es notar cómo se deshace en la boca, con esa fusión de sabores y aromas.

Por cierto:

Es normal que alguna de tus torrijas se te rompa o deshaga. Son difíciles de manipular al estar tan llenas de leche, pero ten paciencia. A esos pequeños trozos rotos, como ya te he explicado antes, yo les llamo delicias de torrijas y están ricos, ricos.

Con los consejos que te doy en esta receta, seguro que consigues un resultado magnífico. Y no dejes de intentarlo, si no te quedan demasiado bien la primera vez.

Las torrijas es de esos postres que aromatiza toda tu cocina y antes de que se enfríen, ya tendrás a la familia en tus fogones atacando el postre por todos los flancos. Y te confieso un secreto.

En casa, soy la primera que caigo en la tentación. Sobre todo, aquellas rebanadas de pan que se desmoronan. No tienen una presentación bonita, pero está igual de exquisita, y con esta excusa, la cocinera se adjudica estas delicias menos “agraciadas”.

Esta receta lleva una historia llena de dulzura: UN CUENTO CUANDO LA LUNA NADABA CON GATOS

niña y gato en columpio

Deja una respuesta