MI ALMA TIENE PRISA

Andrade fue un niño prodigio. No solo tocaba el piano, con menos de 12 años, estudiaba literatura y hablaba francés.  Hubiera dedicado toda su vida a tocar a Bethoven y Mozart pero la muerte de su hermano a la edad de 14 años, le causó tal impacto, que le provocó un temblor permanente en sus […]