CUENTO DE NAVIDAD

El relato que vais a leer, no  es, realmente, un cuento de navidad. Son emociones que toman forma, se moldean a base de sentimientos, para transformar a las personas. Será una nimiedad, algo manido, pero que estas fechas sacan lo mejor de nosotros, es tan real como las estrellas que nos iluminan cada noche.

Un año más llega la navidad…

Y hay estrellas entre nosotros.

Luces que iluminan nuestros caminos si sabemos dónde mirar. 


Dicen que todo lo que estamos buscando, todo  lo importante, lo verdaderamente esencial,  también nos busca a nosotros.

Y dicen, que si paramos un instante y nos quedamos muy quietos, inconfundiblemente,  nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos, aunque pasemos de largo, no podemos evitar su esencia.

Es momento de respirar hondo y esperar. Entonces reconocerás a todas esas personas que han dejado algo positivo en tu camino. Entenderás el incalculable valor de esa sonrisa cuando ya no te quedaban más lágrimas, de ese abrazo de quien compartió tu alegría.

Y ¿qué sucedería si, este grupo de seres únicos, los que buscan lo mismo, los que atraen la magia, se encontraran en una misma habitación? Pues que Nada sería imposible y Todo el poder de nuestra alma sería una  realidad.

Ante ti, se abren las posibilidades infinitas que nacen de nuestras entrañas cuando aprendes a mirar con el corazón y a escuchar con el alma. Mira en la dirección adecuada y  verás cómo, en tu vida, se precipitan los cristales de magia que van a decorar tu navidad y endulzar las sonrisas de los tuyos.

Aprende a utilizar los dones que has recibido. La generosidad es un arma muy poderosa. En el sentimiento de dar,  en un insignificante gesto de gratitud, encuentras el regalo más grande. En un abrazo de cariño o  en la tarta más dulce que horneas en navidad, reside toda la plenitud de la vida. 

La emoción que se esconde trás el amor incondicional a la amiga, al hijo, a la pareja o al hermano, es la luz que iluminará tu mundo. En todos ellos, confluye  la inmensidad del universo.

Descubre la fuerza  que sólo palpita en el  corazón y nace desde el alma. El alma de  aquellos que, como tú, tienen espíritu. Los que se sienten  felices con ellos mismos por lo que son y no por lo que tienen.

Deja esta sabiduría asentarse en tu alma, déjate amar, déjate querer, abre tu vida a la inmensa libertad que produce entregar todo tu amor a los demás. Encuentra a estos seres de luz y no los dejes escapar.

Y por último,  descubre que tú eres esa estrella de la que te hablaba al inicio de este cuento. Deja de buscar. Para. Porque dentro de ti, brilla la luz que  ilumina a los que te rodean. Percibe esta magia y toda la infinitud que hay en tu interior. 


Y ahora, busca ese destello ¡Mira cómo brillas! Esa estrella,  en la oscuridad, es tu reflejo.

Libera y Regála(te) emociones y sentimientos. Comparte cada trocito de tu esencia con los que más quieres.  ¿Existe algún regalo más inmenso?

                                                FELIZ NAVIDAD

Si quieres disfrutar con la receta que acompaña a este cuento navideño: TARTA DE OREO

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