MI PRIMERA HISTORIA

Probablemente sea tu  primera vez por mis fogones y mis historias.

Así que, para que sepas dónde te vas a meter,  quiero contarte cómo surge  este proyecto.

No se me ocurre una primera entrada mejor, que abrirte mi corazón, mostrarte mi sueño y decidas si quieres acompañarme en este camino.

Érase una vez,

“Una niña, larguirucha y algo solitaria,  que soñaba despierta e imaginaba historias.

La niña vivía en una casita con aromas a canela y vainilla, rodeada de estanterías llenas de libros y cajones repletos de cuentos. 

Aquella niña vivía con un hada y un brujo en la tierra prometida. Elaboraban galletas con frutas mágicas, quesos con leche especial de sus vacas y tortillas con los huevos de oro de las gallinas. 

Así, aquella hada, cambió la varita mágica por recetas y  cacerolas y,  aquel brujo, sustituyó sus libros de conjuros por una biblioteca repleta de historias.

Los niños  paraban en el porche de la casa para escuchar las historias del anciano, mientras comían las galletas de los deseos.

 Esos dos seres mágicos, que por amor,  permanecieron juntos durante toda su vida terrenal,  eran los guardianes de todos los secretos de la montaña, que el eco, traía y llevaba por todo el valle. “

Así comenzaba el cuento que, cada noche, aunque con sutiles diferencias,  me contaba mi abuela.

Yo me dormía convencida que ella, era el hada del cuento y, que el abuelo, que no conocí,  era en realidad el brujo protagonista de aquel   cuento interminable.

Así que puedo afirmar con total rotundidad que, mi abuela fomentó la desbordada imaginación de una niña de 6 años , que encontraba  mensajes mágicos en cualquier hoja, animal u objeto. Crecer convencida que tienes  un hada y un brujo por abuelos, conforman un carácter bastante inspirador. Aunque si lo piensas, es lo mismo que creer en los Reyes Magos de Oriente, el ratoncito Pérez o Papá Noel. No dejéis de fomentar estas historias en vuestros hijos o nietos. Permitirles crecer desde la imaginación, volar y sentir que la magia es posible. La vida, después, les será más amable con estas herramientas en sus mochilas.

La realidad es que me crié rodeada de mujeres y fogones, de libros y de historias.

Mi abuela, mi madre y mi tía, había transformado sus cocinas en  un santuario sagrado. Allí se reunían para mucho más que elaborar recetas, vivían historias, reflexionaban sobre sus vidas y compartían sus más escondidos secretos.

No es de extrañar que, para mí, fueran muy mágicas. Yo quería formar parte de ese mundo con aroma a hierbabuena y sabor a vainilla y siempre,  con melodías muy flamencas.

Recuerdo la radio de la abuela y a ella, con su moño canoso recogido a la altura del cuello, tarareando: “que tiene la zarzamora que a todas horas llora que llora por los rincones”.

Recuerdo a mi madre, tendiendo la ropa en la ventana de la cocina mientras cantaba: a la pobre María de la “O” què desgraciaita gitana tú eres, teniéndolo too”.

Mi madre cantaba como los ángeles. Yo no sé cómo cantarán los ángeles, pero mi madre tenía la voz más preciosa que jamás he oído. Eso sí, no se sabía ninguna canción entera, por lo que entre canto y tarareo, las vecinas disfrutaban de lo lindo mientras mi madre tendía la colada. 

Recuerdo a mi tía, disfrazada de lotera pitonisa y recitando, con una acento muy andaluz, una coplilla de los Alvarez Quintero.

Siempre con sus delantales y sus recetas, con el bullicio de platos y cazuelas en plena actividad, parecían una sinfonía donde la cuerda tocaba los cuchillos, el viento percibía los aromas y la percusión batía los ingredientes.

Así que, mi niñez y adolescencia transcurrió entre melodías, aromas, texturas, sabores e historias. Todos ellos, me han inspirado a lo largo de mi vida. Cada uno de ellos es un instante de mis recuerdos. Es una persona, una anécdota, una emoción. Y, casi todos estos  momentos especiales están estrechamente ligados con mi cocina. 

Cada historia me  conduce a una receta muy personal.

Desde entonces, he crecido, he vivido, me he enamorado, he formado mi familia y, aquellas historias, se han convertido en estas historias. Porque nunca he dejado de imaginar y de esperar lo inesperado. Siempre he creído en la magia, sobre todo cuando la vida no me ha regalado sorpresas agradables.

En cada uno de los momentos, buenos y malos, como en mi desesperación y  en mis alegrías, me he aislado del mundo, como ellas me enseñaron; entre mis fogones. 

Historias entre fogones es una necesidad por exteriorizar esta manera de vivir, tal y como yo la siento.

Es un homenaje a la vida, al amor incondicional de mi familia, por lo que me han dado y por lo que continúan aportando a mis días y también a la amistad, a los que me regalan sus sonrisas y sus cariños. Alguien dijo que los amigos de verdad se pueden contar con los dedos de una mano. Es verdad, y aquí estarán, acompañándome en esta aventura.

Porque la cocina, como la escritura, es imaginación e inspiración. Es esperanza y motivación. Son historias y es vida. 

 Espero que algunos de estos relatos y recetas os inspiren.

Y es que, tenemos tanto que contarnos.

Si quieres conocer  la media naranja de esta primera entrada: Bizcocho de la Felicidad

4 respuestas a “MI PRIMERA HISTORIA”

  1. Muchísimas gracias por tu mensaje Montserrat. Espero que te animes y poder contar con alguna receta tuya y la historia que le inspira. Con vuestros comentarios, es una motivación increíble para continuar con la misma ilusión y si compartes con la gente que creas le puede interesar, serás de gran ayuda. Un saludo enorme.

  2. MONTSERRAT dice:

    Montse

    17/11/2018 a las 20:35h
    Hola Elisa. Este proyecto me parece precioso. Es una buenísima idea y tiene un gusto exquisito.
    Enhorabuena, sigue en ello y desde el fogón que sea iremos colaborando y admirando.
    ¡Änimo Valiente!

  3. Muchas gracias Ana. Espero tenerla estructurada a primeros de año y, si te parece oportuno, contactaría contigo en enero para realizar algún tipo de colaboración, como contar con alguna de las historias de tus recetas para subirlas en historias entre fogones. Me encanta tu web. Seguimos en contacto. Un saludo enorme. Elisa.

  4. Mi prima Belen Ostos me acaba de pasar el enlace de tu web.

    Enhorabuena, espero que sigas escribiendo y cocinando mucho. Te deseo mucha suerte y muchos éxitos con tu proyecto. Ana

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