AÑORANZAS

Me gustaría regalarte el cielo y la tierra, 

                          envolverlo con un lazo de papel de seda y guardarlo, junto con todos tus sueños, en una cajita de cristal.

Querría regalarte los mantos púrpuras

                          de amapolas de cualquier  mañana de primavera y el olor a jazmín de las tardes mediterráneas de verano.

               Llenar globos con ilusiones de mil colores, donde conservar intactos los juegos infantiles.

Regalarte toda una vida

                           de prosperidad, amor, amistad y ese viaje, al país de nunca jamás, donde todo puede ocurrir. Guardar un millón de sonrisas y emociones para cuando necesites  empapar tus ojos de alegría. 

Llenar tres mundos de bandas sonoras,

                       pasos de baile y cielos azules para volar.

Conseguir una lámpara mágica

                      con tres genios y sus historias en forma de deseos, para  cada noche de vuestros días.

Quisiera ser

                       omnipresente y omnipotente para protegeros del fracaso y la desesperación.

Pero la realidad,

                       es que soy alguien, por naturaleza, opuesta a la perfección, que disfruta de tus escritos, aprende de tus consejos, sonríe con tu alegría.

Soy un día, oscuro y gris, y también una mañana clara y luminosa.

Y añoro a mis tres corazones,

                     a esos ojos curiosos y a las cabezas pensativas que siempre me recuerdan que yo, soy ellos.  

¡Vale!

                   lo reconozco. Soy mortalmente defectuosa, pero  ¿qué madre no lo es?

Al menos una madre, de ésas que no traen libro de instrucciones.

De las que se  acompañan de abrazos, paseos, manías, disculpas, conversaciones sin sentido y charlas a cientos de kilómetros.

De ésas, que dicen toda clase de tonterías para devolver  sonrisas. De las que renuncian antes de llegar al final y se cabrean por no intentarlo un poco más. De las que comprenden, que la vida necesita respiros y recodos donde levantarse de nuevo. De esas que no huyen, pero se repliegan respirando aromas de  brisas marinas. De las que guardan el rescoldo de un hogar que siempre será de ellos, esperando, con una despensa llena de pañuelos para limpiar heridas, sus miradas cómplices y tardes de carcajadas. 

Y aquí estoy

                          entre  aromas a canela, sabores ácidos y dulces, manteniéndome firme ante las tormentas y sintiendo cómo me derrumbo de orgullo con cada uno de vuestros logros.

Mi amor incondicional  nace desde las entrañas, es una presencia permanente que subsistirá, desapercibida,  anclada en un rincón de mi alma como el motor para reír cada día, desde hoy hasta el resto de nuestras vidas y mucho más allá.

La media naranja de esta historia : Manzanas Asadas

 

¿Quieres ver todas mis recetas?

¿Quieres ver todas mis historias?

¿Quieres conocer los rincones con alma?

¿O te apetece conocer las historias de los lectores?

Inicio

 

Deja una respuesta