Autora: Irene Colmenares
Hoyo de Manzanares. Madrid.
Hace más de 50 años Rober St John, reflexólogo podal trataba a una niña de 18 meses con síndrome de Down.
Un día empezó a acariciar su pie y observó pequeños cambios en la mirada de la niña. Se dio cuenta de que estaba tocando zonas reflejas de la cabeza y de la columna situada en el lateral del pie.
Siguió probando durante los siguientes días observando mejorías en la niña, incluyendo en su respiración y en su descanso. Más adelante decidió acariciar las mismas zonas reflejas en las manos y la cabeza, viendo transformaciones cada vez más importantes.
La metamorfosis estaba sucediendo. Se llegó a transformar incluso en el físico de la pequeña ya que llegó a su adolescencia sin los rasgos característicos del síndrome de Down.
Durante sus investigaciones Robert probó esta experiencia en autistas, en enfermos crónicos, en accidentes, en traumas físicos y/o emocionales…
Con su experiencia fue comprobando cómo las personas tratadas con la técnica metamórfica no sólo mejoraban físicamente, sino que tenían otra actitud ante la vida, más positiva, más activa y con mayor fuerza de recuperación e incluso de regeneración.
Este masaje trabaja sobre la fuerza vital que todo ser humano posee. Esa fuerza que nos ayuda a sanar y nos conecta con esa capacidad tan olvidada de autocuración. Nos ayuda a equilibrar y transformar.
Como su propio nombre indica, nos ayuda a que se produzca el cambio, ese proceso de metamorfosis que nos saca del bloqueo que quizá nos tiene en ese estado no deseado.
De forma instintiva todos los animales, incluido el humano tienen el poder de autosanarse. Pero en general estamos muy desconectados de eso, igual que de nuestra intuición.
Esta técnica te conecta con procesos anteriores al nacimiento, incluso anteriores a la gestación. Trabaja con patrones creados muy al inicio de tu existencia, por eso es tan transformador y a la vez que revelador y maravilloso. Actúa sobre el periodo embrionario, determinante a la hora de conformar en materia toda la matriz energética que nos es dada y el contenido de su información.
Es un masaje que se da principalmente en los pies. Pasadas varias sesiones se puede ampliar a las manos y la cabeza.
Es una técnica sencilla de aprender, que no necesita nada más que una toalla y un poco de aceite. Es muy placentera e incluso nos lo podemos hacer a nosotros mismos.
Es cierto que trabajar con un terapeuta siempre es mejor ya que no pone ninguna intención, no hay expectativas, solo hace de catalizador. Pero se puede aprender y aplicar a nuestros familiares, es maravilloso en niños pequeños. En este caso, puedes contactar conmigo para conocer más sobre este regenerador masaje. Cómo aprender a darlo o recibirlo. Visita Slow and Simply Life by Irene Colmenares
La receta que acompaña a esta entrada es una receta de aprovechamiento, transformada para renacer con un nuevo sabor y textura: PUDIN DE PAN
Sigue todas las entradas de Irene Colmenares en su sección, Slow and simply life; mi vida sencilla y tranquila
Y ponte en sus manos .
Una experiencia que nunca olvidarás.