DECIR NO

Un millón de dudas silenciosas que nunca te conducen a ningún cambio.

No recuerdo cómo obré la transformación, pero en algún momento, mis dudas me condujeron por otro camino.

Probablemente, cuando no tienes nada que perder, las decisiones se toman de otra manera. Así que, pronuncié mi primer “NO” y comencé a despabilarme.

En el siguiente, me dejé llevar. Mi percepción incitó a los sentidos naturales y reconocí una parte de mi reflejo. Resulta que allí estaba, en algún recóndito lugar del alma.

Entonces llegaron otros y comprendí que no eran las dudas las que me paralizaban sino mi completa falta de tenacidad. No hay que deshacer ningún camino, sino aprender a andar por el que tenemos. Saltar baches o eliminar piedras, guarecerse del chaparrón, elegir una nueva trayectoria y continuar el recorrido.

Cuando la percepción se transforma, los sentidos se agudizan. Entonces se disfruta la sonrisa que provoca ser uno mismo y se percibe el caminar lento y seguro que desencadena las dudas y aparece un impulso incontrolable de tomar decisiones.

¿Te cuento una cosa? Da igual que no reacciones cada vez que algo te paraliza porque el tiempo sigue avanzando y TODO con él, incluido tú.

Así es como reescribí mi historia, así es como continúo haciéndolo con cada decisión.

No cuando resolví todas mis dudas, sino cuando todos los “NO” se sublevaron.

Entonces, comencé a existir.


Lo único que no  se detiene es el tiempo que, irremediablemente, continúa su paseo.


Es  esta  la única verdad.
silueta niña con estrellas

Y mis galletas de vainilla…

SILUETA PLUMA ESCRIBIR

Si quieres la receta que acompaña a esta reflexión, por supuesto: GALLETAS DE VAINILLA

GALLETAS DE VAINILLA

Deja una respuesta