LA HISTORIA DE MIS FOGONES. MUCHO MÁS QUE RECETAS.

el blog de historias entre fogones

Seguro que detrás de cada receta familiar, hay una historia única que compartir. Yo os voy a contar la mía.

pluma vector

No puedo recordar la primera vez que pisé la cocina de mi abuela Paca.

La yaya, junto a mi madre y mi tía Toñi, montaban entre aquellas paredes su fortaleza.

Yo escuchaba sus risas y olía esos aromas a especias, cebolla pochada, hierbabuena y vainillas y la boca se me hacía agua.

Para mí, aquellas mujeres eran como sacerdotisas en su templo y yo me moría por formar parte de ese mundo de risas, charlas, olores y gustos. 

mano niña amasando harina

Mucho más que recetas…

Desde muy niña, me colaba en los fogones y compartía con ellas, recetas y “confesiones de chicas”, como ellas me decían.

Al principio, “la pequeña” era la niña de los recados. De acá para allá,  de la cocina a la despensa buscando o pesando ingredientes, leyendo recetas con mi media lengua.

Mucho tiempo después, me permitieron coger los cuchillos y las cacerolas y comencé a amasar y a pochar.

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Los aromas de mis recuerdos

Me encantaba acompañar a mama al mercado. Disfrutaba del espéctaculo de los puestos engalanados con un arco iris de colores, aromas y sabores.

Muy joven, aprendí que, cada ingrediente se lleva a casa por una razón, con una finalidad.

Me enseñaron a apreciar la presentación y las formas de un buen plato, a identificar si  una verdura es fresca o una fruta está en su punto perfecto de maduración.

Supe que con una despensa provista de buenos productos frescos,  se puede improvisar un plato sencillo y exquisito. 

Ellas me enseñaron lo más importante de sus fogones. La inspiración en la cocina es el amor a los que más quieres. Es para ellos por quien elaboras recetas personales e intransferibles con manos amorosas que todo lo pueden.

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Mis Raíces

Las tristezas eran más llevaderas entre los fogones y las alegrías se multiplicaban por tres. Llegó mi momento, me convertí en madre y quise transmitir todo aquel ritual, de aromas y recetas. Entonces comprendí lo difícil que es enseñar lo esencial de la vida, con responsabilidad y sin perderse entre las rutinas y la presión  diaria.


Nuestras raíces son el más preciado regalo que podemos dejar a nuestros hijos.

No os imagináis la ilusión que me hace rescatar los libros de recetas que mi madre coleccionó como un tesoro, allá por los años 80. Cada semana, compraba fascículo a fascículo en el kiosko de la esquina. Así hasta completar los  9 libros con más de 500 páginas cada uno de ellos.

libro de cocina

Aunque renovado, con un punto personal que los convierte en mis platos, “La cocina, paso a paso” es un tesoro, una herencia culinaria que mantengo viva en mi cocina y en mi corazón.


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El ritual de la cocina.

Para la inmensa mayoría de mujeres y hombres que cocinamos de puertas para adentro de los hogares, creo que nuestras recetas llevan algo inconfundible.

Es  lo que yo llamo, “La Triple I”:

Ilusión – Inspiración – Improvisación.

albóndigas de ternera

Nos motiva la ilusión de alimentar las bocas de los que más nos importan. Nos inspira sus caras de satisfacción cuando prueben nuestra receta y si para ello hay que inventar, pues se improvisa con cariño y equilibrio para resaltar los sabores y aromas que queremos transmitir.

Espero que disfrutes mucho y ojalá que  mis recetas sean el empujón que necesitas para transformar tus fogones y tu manera de compartir la vida. 

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La receta que acompaña esta entrada es uno de esos platos caseros, sencillas y que gustan a grandes y pequeños y en casa, ha pasado de abuelas a nietos. Lasaña de la abuela, de mama y de Manu, todas tienen el toque especial de la familia y el punto único de los que sentimos amor por los fogones.

LASAÑA BOLOÑESA