La vida, a veces, es caprichosa y no quiere darte aquello por lo que tanto has luchado. Otras, es envidiosa y se resiste a dejarte disfrutar de tu momento de felicidad. Y ,casi siempre, nos acomoda una venda en el corazón, impidiendo reconocer las circunstancias que cambiarían nuestros destinos.
Concretando, la vida es cruel y engañosa. Le encanta desorientarnos por laberintos que parecen interminables y que nos llevan a ninguna parte. Nos hace expertos de las monotonías.
Imagino observándonos, como dos rectas paralelas, exactamente iguales, con idénticos caminos, intuyéndose el uno al otro, sin alejarse, ni acercarse. Manteniendo una distancia infinita y percibiendo el destello del camino.
¿cuántas vidas paralelas existirán sin saberse jamás la una de la otra?
Pero, de repente, surge la premonición, una corazonada y te lanzas al vacío, rechazando el miedo a lo desconocido, como atraído hacia no sabes dónde o a quién.
El éxito de esta decisión es la incertidumbre de lo que se ignora. Es el presentimiento, una habilidad exclusiva de los valientes que arriesgan, de los inconformistas que buscan la luz fuera del laberinto o bucean a pulmón abierto bajo las insondables profundidades.
No todos los que buscan encuentran la salida. Muchos, la mayoría, se pierden en el camino, ahogándose en las dificultades. Pero aquellos que han arriesgado nunca serán perdedores. Los que lo intentan una vez, volverán, impulsivos, a intentarlo, una y mil veces más, con la convicción de que, si otros osados lo han conseguido, ellos audaces, lo conseguirán también.
Es como picar un trozo de pan con unos taquitos de, un rico jamón de jabugo, o preparar una tosta tan exquisita, que quite “el sentío”. La diferencia no está en los ingredientes, sino en la pasión que pongas al elaborarlo. Está en intuir tu recta paralela, seguir tus instintos y llevarla a tus sabores.
¿El secreto? No confundir la valentía de actuar, con la imaginación desbordante de esperar.
Así que, en estos días, casi siempre complicados, a pesar de tanto, confía, persevera, se paciente y no pierdas la fe en que puedes saltar más lejos y con más fuerza.
Si quieres conocer la receta que ha inspirado esta historia: ENTRANTES DE TOSTAS.
Esta receta está incluida en una selección de recetas en MESA ROMÁNTICA PARA DOS
