SILENCIOSOS SUSURROS

La vida es un equilibrio entre lo que nos gustaría ser y lo que somos capaces de conseguir.

Creo que el quiz de la reflexión está en quiénes somos realmente.

A la pregunta de:

”¿Quién eres?”

Inconscientemente, respondemos :

”Soy abogad@, ingenier@ o cociner@”.

Pero esta respuesta es lo que haces, no quièn eres.

rama flores y pájaros

¿Quiénes somos? Yo creo que somos esa voz que nos advierte, que se adelanta a los acontecimientos y que casi siempre ignoramos.

En mi caso, hay un símil con mis fogones. Le escucho decirme: “ Baja el fuego del guiso que se te va agarrar” o “ Si no la mezclas más despacio, esa mayonesa se te corta” . Hago oídos sordos y siempre ocurre lo que aquella puñetera voz me vaticinó.

Como dice Laura Esquivel en su libro, “Como agua para chocolate”, “sólo las ollas saben los hervores de su caldo”.

Solo tú sabes cómo localizar tu magia. Y la tienes. Todos la tenemos. Unos la encuentran demasiado pronto, otros demasiado tarde. Y entre un extremo y otro, está el equilibrio, el término medio, la calma en mitad de la tormenta.

Son detalles insignificantes y cotidianos.

A mí me parecían tan absurdos que los ignoraba completamente. “¡Pero qué tontería, escucharme a mí misma!” – me decía.

Me ha costado mucho entender que, ese “Pepito Grillo”, es algo más que yo. Es la esencia para algunos, el alma para otros.

No es importante cómo lo llamemos sino cómo lo escuchemos.

En mi caso es “ ELLA” y tiene voz de mujer viajera.

Creo que lo esencial es mi conexión. Permanecer atenta a todas las advertencias, por inapreciables que parezcan y aceptar su presencia.

Sé que es un acto de fe.

Pero aprendo su lenguaje y así, voy cambiando la percepción de mi vida.

rama flores y pájaros

Ella es infinito. Allá donde va, no hay horizontes que perseguir, ni tierras que conquistar. Cada noche se adentra en los confines del universo y me los trae de vuelta cada mañana en forma de caracolas.

Me gusta pasear por mi orilla del Mediterráneo y buscarlas.

“¿Me escuchas? – le pregunto

“Necesito tu inspiración. Necesito mi caracola”.

Y entonces la encuentro. Es mi susurro silencioso, la inspiración que necesito, la respuesta que busco.

Caracolas que me susurran. Pequeñas, perfectas, retorcidas o fragmentadas. Cada una es única, una promesa cumplida, una esperanza que llega. Es su mensaje, su respuesta a mi pregunta.

Busca tu vínculo. Cuanto más baladí y diminuto, mejor.

Y después, si alguien vuelve a preguntarte: “¿Quién eres?”, ojalá seas capaz de dar una respuesta que nazca de tus entrañas y se pierda entre esos espacios infinitos que te complementan.

Fusiónate con tu cielo, con la madre naturaleza, allá donde estés. Búsca en la sonrisa del hijo, el abrazo del amigo, la seducción del delirio o el dislate de tu imaginación.

Eres tú en cada una de esas emociones. Sensibilidad y percepción de tu mundo. Eres permitirte ser y dejar fluir lo que está contigo.

De todas formas, no me prestes demasiada atención. Los soñadores imprudentes, como yo, solemos “pasear” desapercibidos por el mundo.

La mayoría de las veces olvido el camino de luz que deja la luna al reflejarse en el agua. Pero hay pequeños momentos en los que reconozco quién soy y, en ese instante consciente, escucho bajo mi piel su energía amorosa.

Es una senda que se va llenando de trocitos de percepción, señalándome el camino.

Es mi inspiración siguiendo a tientas los susurros silenciosos de tonalidades verdeazuladas.

Es un nuevo comienzo junto a mi alma viajera y me encanta su compañía.

¿Quién dijo que no existe la magia?…


Esta reflexión lleva el olor a sal y a mar. Y qué mejor receta que : DORADA A LA SAL

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2 respuestas a “SILENCIOSOS SUSURROS”

  1. que reflexión más bonita, desde el interior y lo que representa tu entorno, un beso grande

  2. Magnífica reflexión.
    La dorada a la sal… una exquisitez!

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