Autora: Marisa Ventura
Ingredientes
½ kg. De harina de fuerza
10 gramos de levadura en polvo
120 gr. de azúcar blanca o morena
Frutas confitadas o frutas en almíbar, piñones, pepitas de chocolate, ….
Un puñado generoso de pasas
Agua de azahar o vainilla líquida (una cucharada grande)
180 gr de mantequilla
1 huevo
3 yemas de huevo
120 ml de leche. Mejor entera
Un pellizco de sal
Ralladura de naranja o limón.
Ron, coñac o wisky (para mojar las pasas)
Entre Fogones
Aunque el panettone es un postre italiano, concretamente milanés y muy tradicional en las mesas navideñas, lo comparto en estas fechas para romper estereotipos y animaros a elaborar los postres que os apetezca sin tener en cuenta si son típicos de cual o tal fecha señalada.
Cuenta la leyenda que un cocinero llamado Tonio que cocinaba en la mansión de un duque milanés, se le quemó el postre que había preparado para el día de Navidad. Como buen profesional improvisó con los pocos ingredientes que le quedaban en la alacena: huevos, harina, manteca, cítricos y uvas. Fue tal el éxito del invento que se difundió por toda la comarca y las panaderías comenzaron a elaborar este postre que le llamaba “El pan de Toni”, de ahí, el nombre del dulce.
Así que, desde aquí, os animo a improvisar como el cocinero milanés y preparar torrijas en verano y panettone en Semana Santa.
¡Imaginación al poder!
Paso a Paso:
Primero ponemos las pasas en remojo en el alcohol durante más o menos 20 minutos.
Después diluimos bien la levadura en la leche y añadimos una cucharada de azúcar. Incorporamos la harina poco a poco.
Mezclamos todo muy bien y lo dejamos reposando unos 5 ó 6 minutos.
Durante este tiempo la masa crecerá un poco.
A continuación mezclamos todos los ingredientes excepto las frutas, las pasas, los piñones o las pepitas de chocolate. Podemos hacerlo con la batidora amasadora y nos resultará más cómodo.
Debe quedar una masa húmeda que se quede pegada a los dedos al tocarlo.
A continuación añadimos las frutas, las pasas escurridas de alcohol, las pepitas de chocolate y lo integramos todo bien en la masa para que quede repartido adecuadamente.
Colocamos la masa en un bol hondo, tapamos con un trapo de algodón limpio y lo dejamos reposar un par de horas.
Después de dos horas, volvemos a amasar ligeramente para desgasificarla, volvemos a colocarla en el bol y dejamos reposar otra media hora más o menos.
Pasado este tiempo metemos la masa en el molde, previamente forrado con papel de horno.
Se puede usar cualquier molde siempre que sea hondo y la masa no debe nunca superar más de la mitad del molde, pintamos con huevo batido o con mantequilla fundida.
Es conveniente pinchar la masa y hacerle una cruz en la parte de arriba para evitar que se rompa dentro del horno.
Encendemos el horno a 200 grados y colocamos la masa en la parte media-baja con calor arriba y abajo durante unos 45 minutos.
Pasado este tiempo comprobamos que esté bien hecho. Si no es así lo dejamos unos quince minutos más, aproximadamente, vigilando para evitar que se queme la base.
Cuando esté en su punto lo sacamos y dejamos enfriando cabeza abajo para que no se nos baje.
Desmoldar y servir solamente cuando esté frío del todo
Puedes hacer la masa por la noche y continuar con el proceso a la mañana siguiente.
La masa ha de mantenerse en lugar fresco y seco mientras sube, y debidamente protegida. Yo aconsejo un lienzo fino de algodón, o servilletas blancas de papel.
La historia que acompaña a esta receta: ¡DESAPARECIDO!