AÑORANZAS AL CUBO

Reencontrándome con escritos lejanos en el tiempo, pero atemporales como fuente de inspiración.

Y es que el amor nunca caduca, florece cada nueva primavera. Y ya van muchas…tantas que pierdo la cuenta.  

AÑORANZAS

Me gustaría regalarte el cielo y la tierra. 

Envolverlo con un lazo de seda y guardarlo, junto con todos tus sueños e ilusiones, en una cajita de cristal para  imaginarlos cuando no sienta tu presencia.

Quisiera regalarte  los mantos púrpuras de amapolas de cualquier  mañana de primavera y el olor a jazmín y  azahar de las tardes mediterráneas de verano. 

Llenaría tu tristeza con globos de mil colores. Conservaría toda tu inocencia intacta entre tus caracolillos infantiles.

 Me gustaría regalarte toda una vida de prosperidad, amor y amistad, hacer un viaje contigo al país de nunca jamás donde los sueños alimentan los bosques.

Construir un hogar cimentado sobre un millón de sonrisas y emociones para cuando necesites pintar tus ojos de alegría. 

Quisiera evocar a los tres genios que habitan en una lámpara mágica. Tres mundos forjados de maravillas, concebidas desde la nada, pobladas de  inspiración y deseos. Cielos azules donde volar, música y pasos de baile para caminar y  millones de  corazones emocionados con vuestras historias. 

 Quisiera ser ese genio, omnipresente y omnipotente, pero despierto para encontrarme conmigo, un ser efímero que disfruta de las palabras, aprende de los consejos, sonríe con vuestras risas. 

Soy un día oscuro y gris y  una mañana clara y luminosa.

Soy añoranza y latido de tres corazones, ojos curiosos y cabezas pensativas que me recuerdan que yo, soy ellos.  

Soy una madre mortalmente defectuosa, macerada a fuego lento. Me alimento  de renuncias y comprensión,  de millones de abrazos, tonterías infinitas, paseos inspiradores, manías sin sentido, disculpas absurdas, conversaciones interminables, incluso  a cientos de kilómetros. 

Y al final me queda un hogar de brisas marinas que siempre será vuestro, miradas cómplices, tardes de escuchas y pañuelos casi mágicos que limpian heridas del alma.

Me mantengo firme ante las tormentas y me derrumbo de orgullo con vuestros triunfos.

Es mi amor incondicional que nace desde las entrañas, una presencia permanente que subsistirá, desapercibida algunas veces pero anclada en un rincón del alma. Desde ahora, hasta el resto de mi vida. Y mucho más allá…

Inspirado en los tres pilares de mi vida,

ellos ya lo saben…


Esta entrada me ha inspirado una receta estrella: TARTA DE QUESO Y SUS VERSIONES

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